Los materiales no ferrosos son mas difíciles implican un mayor reto a la hora de soldarlo. Debido a que su rango limitado de plasticidad, baja resistencia eléctrica y su excelente conductividad térmica, se traducen en un mayor control de su proceso.
Para soldar estos materiales se requiere de un “Weld time” mas corto y una corriente eléctrica mayor para su equivalente en calibre de material ferroso. Esto resulta en una expansión y contracción mas rápida, esto se traduce en un requerimiento de un comportamiento mas dinámico para los electrodos.
Nota: Los parámetros como UpSlope y Downslope disminuyen el rango de expansión y encogimiento y regularmente mejora la calidad de la soldadura.
METALES REFRACTARIOS
Los metales tales como TUNGSTENO Y MOLIBDENO usualmente se clasifican como refractarios, debido a su alto punto de fusión. El punto de fusión del tungsteno es 3380º, el del molibdeno se encuentra en 2620ºC y el tantalio es de 2850º.
En la soldadura por resistencia, los metales se unen entre sí proporcionando calor generado por una alta corriente eléctrica y, con la aplicación de fuerza, se forma una soldadura entre los dos materiales. En ciertos metales, la fusión real en las interfaces es necesaria para producir una soldadura sustancial, mientras que en otros metales la soldadura puede deberse a un proceso de recristalización que se realiza por debajo del punto de fusión del metal. Hay razones para creer que, en el caso de los materiales de alto punto de fusión, tungsteno, molibdeno y tántalo, la soldadura se produce mediante una recristalización entre los metales.
Por eso para procesos donde se requiera soldar cobre, plata o algún material con alta conductividad, se recomienda utilizar materiales es recomendable utilizar un material refractario.